Desde mi rincón oscuro y frío
contemplo como os movéis en el mundo,
os observo receloso y pensativo
y mientras, mis días se reducen a segundos.
Estático en apariencia como la naturaleza
y lleno de vida, de movimiento,
no puedo más que admirar vuestra viveza
a la vez que disfruto de este viento.
Dicen que antes de un parpadeo
lo actual se acelerará hasta cotas insospechadas,
que en este estilo de vida que llevo
inesperadamente me encontraré donde deseaba.
Y de repente todo se volverá monotonía
aunque el ritmo de mi reloj haya cambiado,
añoraré lo que ahora aborrezco
y aborreceré lo que siempre había buscado.
Ya no dudo, se que tienen razón
esos sabios consejos que me advierten:
-Detente de vez en cuando a escuchar tu corazón
que antes que despiertes te alcanzará la muerte.