31 de diciembre de 2010

ESCUCHA A TU CORAZÓN

Desde mi rincón oscuro y frío
contemplo como os movéis en el mundo,
os observo receloso y pensativo
y mientras, mis días se reducen a segundos.

Estático en apariencia como la naturaleza
y lleno de vida, de movimiento,
no puedo más que admirar vuestra viveza
a la vez que disfruto de este viento.

Dicen que antes de un parpadeo
lo actual se acelerará hasta cotas insospechadas,
que en este estilo de vida que llevo
inesperadamente me encontraré donde deseaba.

Y de repente todo se volverá monotonía
aunque el ritmo de mi reloj haya cambiado,
añoraré lo que ahora aborrezco
y aborreceré lo que siempre había buscado.

Ya no dudo, se que tienen razón
esos sabios consejos que me advierten:
-Detente de vez en cuando a escuchar tu corazón
que antes que despiertes te alcanzará la muerte.

29 de diciembre de 2010

LA EDAD DE LA PARANOIA

Aparatosas y delirantes ideas que logran hacer enfermar
a cualquier mente sana que no se sepa valorar
cruzan por mi cabeza a la velocidad de la luz
y consiguen hacerme dudar si es defecto o virtud.

Las excesivas preocupaciones empañan nuestras vidas,
haciendo de todos nosotros seres paranoicos
individuos con terribles miedos y tendencias suicidas,
nuestros ánimos imitan movimientos parabólicos.

El vaso del estrés se colmó hace mil gotas,
la inestabilidad emocional aumenta por momentos,
vivimos en la edad de la paranoia,
se auto exprimen sin motivos los cerebros.

Pero... es todo tan simple
que resulta complicado comprenderlo,
el sentido de la vida es disfrutar lo que vives
intentando sufrir cada vez menos.

10 de diciembre de 2010

ACUDIR A LA LOCURA



¿Quién moría ahogado en cualquier charco
cuando corrían los tiempos aquellos
en que las tardes se finiquitaban
cuando el salto se cansaba de ser salto?

Quedó atascado el vagón de la inocencia
conforme el conocimiento me iba abanderando,
los múltiples temores provocaban turbulencias
en mi maltrecho cerebro maltratado.

Y ahora, en una gota de agua veo un mundo
que disecciono, analizo y vuelvo a recomponer,
mi mente rota se satura de tantos datos procesados
y en ocasiones necesito volver a ser niño otra vez.

Contemplar la preocupación como algo ajeno,
acudir a la locura que me permite respirar,
sentirme aunque por poco tiempo eterno,
evaporarme, evadirme, ausentarme, levitar.