Intentas comprender mi psicología
a través de mi cadáver pálido y frío
para saber porque abandoné mi vida,
pero todas tus preguntas ahora, son un desatino.
Me observas con un confuso sentimiento
mezclado de tristeza, amor y curiosidad,
buscas las ideas que en mi último aliento
me dieron la fuerza para abandonar.
Cuando tan solo unas horas antes
nos despedimos con la luna de testigo
en la que sería mi última noche
en este mundo, en esta vida, contigo.
Admito que opté por la solución de los cobardes
pero no conozco ninguna forma de saciar esta soledad,
las sonrisas que falseaba en mi rostro
escondían debajo una amarga verdad.