No al maltrato psicológico,
al perjuicio ajeno por el bien personal,
porque una cosa es compartir la vida
y otra diferente es abusar.
No a la vaguedad, al esclavismo familiar,
al humano chupasangres, a vivir de los demás.
No más impertinencias juveniles,
no a la dependencia conyugal.
Que en la unión de dos vidas
para proliferar hay que ayudarse
ser comprensivo con la persona querida
y dejar aparte el egoísmo puteante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario