Lágrimas de fuego me queman la cara
cuando recuerdo a los perdidos perdedores
de la guerra civil española.
Disgregados por la diversidad
de su pensamiento, que sin ser merecedores
de desprecio por ello, llevaron al enemigo a la victoria.
Más de 70 años después observo
rostros arrugados de historia viva
ignorados por nuestros actuales ritmos de vida.
Porque los vencedores unidos al capitalismo
nos impusieron su dictatorial economía.
A mi parecer, los levantamientos de los ciudadanos
son gotas de lluvia en el mar,
que rompen la superficie con la tormenta
pero que enmudecen cuando termina el temporal.
Porque el sistema continúa estando corrupto,
porque el bipartidismo no parece tener final,
porque este circo político está muy bien montado
para que el poder de los poderosos no termine jamás.
Hoy crecemos formándonos para
obtener mayores ganancias monetarias,
hoy trabajamos para entregar nuestro
esfuerzo a las entidades bancarias.
Hoy somos presos del poder del dinero,
encarcelados por préstamos e hipotecas
casi imposibles de pagar,
si queremos cambiar esta vorágine autodestructiva
primero tendremos que cambiar de mentalidad.
Quieren manipular nuestra voluntad
desinformándonos con los medios de comunicación
pero ni los banqueros son inmortales, ni el dinero es dios
los ciudadanos estamos tomando conciencia
de que ya se está germinando nuestra revolución.
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