Nacimos para ser esclavos de nuestros padres
bajo la tutela del trabajo y la opresión,
la fuerza y el coraje se hizo en nosotros
y la nobleza nos ocupó el corazón.
Pasabamos el día pensando en la felicidad
que conseguíamos saliendo con los amigos,
la vida nos trataba a palos
y nosotros con alegría respondimos:
"Necesito respirar
descubrir el aire fresco
y decir cada mañana
que soy libre como el viento."
Por las venas nos corría la libertad
que sentíamos como algo nuevo,
porque a pesar de todo lo sufrido
supimos disfrutar los buenos momentos.
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