28 de noviembre de 2009

Humanidad



Tengo en un cajón de mi armario, acompañando a multitud de libros de temas variados, una cajita que mantengo cerrada con un candado. Esta caja es trasparente de un material parecido al metacrilato, a pesar de ser transparente no se puede ver lo que contiene. Es como si la caja estuviera hecha de un diminuto campo magnético que no se presta a ser tocada,de hecho cuando nos mudamos a esta casa ya estaba ahí la caja junto a unos guantes aparentemente normales. Anoche, mi curiosidad le ganó la batalla a mi precaución y abrí ese cajón que se mantiene dando vueltas en mi cabeza constantemente.

Al abrir la caja, descubrí una pequeña placa que parecía estar llena de suciedad, entonces extraí la extraña placa de la caja y la puse en mi miscroscopio para contemplar que era aquella sustancia negra que lo abarcaba todo, al situar la placa debajo de las lentes pude observar lo que parecía una diminuta ciudad, pero no solo había una, se podría decir que lo que allí había era como un país con sus ciudades y carreteras y lo más impresionante de todo es que parecía tener vida propia. Aumente la graduación del microscopio y contemple multitud de seres diminutos, parecidos a nosotros.

Me pareció realmente impresionante todo lo que mis ojos estaban admirando, esa noche me la pase contemplando aquel impresionante descubrimiento. Miles de dudas perturbaban mi tranquilidad, ¿Cómo es posible esto?¿Es real lo que mis ojos contemplan? Si son seres vivos que han creado una civilización,¿tendrán sentimientos como nosotros? ¿Tendrían sueños o esperanzas? ¿Cómo es su vida? ¿De donde surgieron?

Antes de que me diera cuenta había llegado la mañana y ya se empezaba a escuchar el ajetreo de un nuevo día. La luz comenzaba a entrar por mi ventana e inundó toda mi habitación en cuestión de minutos, lo que yo ignoraba por completo es que los rayos de la luz del sol eran demasiado agresivos para aquellos seres de la sucia placa que había descubierto horas antes.

Estaba siendo testigo de la masacre involuntaria de aquellos pequeños seres. Donde había llegado la luz todo había quedado arrasado por completo, todo estaba carbonizado. Y ya no podía hacer nada para evitarlo, una civilización entera había sucumbido ante mis ojos sin que yo pudiera mover un dedo.

En ese momento me surgieron miles de preguntas sobre mi existencia. ¿Y si nuestro mundo fuese algo parecido a esa pequeña placa?¿Cabría la posibilidad de que fueramos un experimento?¿Es posible que todo lo que conocemos desaparezca de un momento a otro y no podamos hacer nada para evitarlo? Entonces me dí cuenta que mi vida estaba vacía de sentido, las personas a las que conozco estaban gastando su vida y un día las perdería sin haber disfrutado de lo que verdaderamente importaba.

Desde ese mismo instante me prometí a mi mismo que dedicaría mi vida a los demás, si al final todo iba a terminar, aún ignorando el momento preciso, quería haber sido útil durante mi existencia, no por egoísmo o por que hablasen de mí, si no porque dentro de mí, sentía que tenía que ayudar a sobrellevar sus vidas a las personas que conocía, para que ellas se sintieran mejor consigo mismas, es por eso que soy así y es por eso que siempre intento ayudar y deseo lo mejor para quienes tengo a mi alrededor.

Necesito que las personas que me rodean sean felices durante su vida, porque cuando esta termine no importará nada. No se trata de mí, pues yo algún día también moriré, se trata de mi forma de entender la humanidad que encuentro tan inexistente en el corazón de la sociedad de hoy día.

luisbg_111@hotmail.com