
Antes de morir Lázaro ya se estaba levantando
y es que está en mis genes ser así,
sin escapatoria, estoy del amor enamorado
pues sin estar enamorado no podría vivir.
Yo soy la puta más ninfómana
que se lamenta de su propia vejación,
mi sangre está echa de lágrimas
pero no puedo vivir sin amor.
Mis largos viajes están condenados al fracaso.
Por las curvas del cuerpo de esta mujer
me pierdo, muero y renazco
y después de tanta pasión solo queda
esta tinta y este papel.