25 de noviembre de 2010

ORACIÓN

En mi silenciada soledad acudo en cuanto puedo a mis sueños
y entre tediosas pesadillas a ningún dios le rezo:

Que encuentre pronto la luz que me guíe
pero que no me arrastre de tanto que brille,
que necesito del amor lo que no logro hallar
en ningún otro sentimiento,
pero que no me coarte la libertad,
porque sin ella me muero.

Que sea capaz de volar de tanto enamoramiento
que atraviese las nubes sintiendo en mi cara el viento,
que me asiente los pies en el suelo
para que no me lleven las mariposas volando,
que en el amor se necesita usar el cerebro
para razonar sentimientos de cuando en cuando.

Tal vez parezcan excesivos mis ruegos
pero no hay nada imposible, o eso espero,
que la vida sin querida es un drama
y si acaecen en el mundo la noche y el día
¿por qué no ha de haber una bella dama
para yo pertenecerle y que ella fuese mía?

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